sábado, 26 de mayo de 2012

PARADIGMAS CULTURALES


Prof. Lic. Néstor Rodolfo Sito
Sociología de las organizaciones

PARADIGMAS CULTURALES
Los acuerdos sociales instituidos (cultura), van conformando el paradigma social, que nos modela y nos dicta las normas, en ese espacio encontramos el sentido de nuestras vidas, discutimos y nos ponemos de acuerdo para reproducirlo o modificarlo, mediante lo que hemos denominado socialización.
Un paradigma no es solo un instrumento en las manos del orden dominante, sino también la construcción de defensas, críticas y movimientos de liberación. Todo paradigma es una forma particular de apelación a una forma u otra de lo que Touraine denomina sujeto y que es la afirmación de formas cambiantes, de la libertad y de la capacidad de los seres humanos para crearse y transformarse individual y colectivamente.
La subjetivación, es decir, la creación del sujeto, no puede nunca confundirse con la sujeción del individuo.
Hay épocas históricas, en que nuestras justificadas críticas y autocríticas terminan por derrumbar los marcos (categorías) sociales y van dando paso a nuevas formas de percibir nuestra propia “realidad”.
En los últimos siglos, para la sociedad occidental, los paradigmas han ido evolucionando, desde sociedades basadas en principios externos de legitimidad (en particular religiosos) a otros legitimados en la política, y luego a otros basados en la legitimación de lo económico y social, donde lo económico finalmente logra el predominio sobre lo social.
Lo que hoy conocemos como globalización, no solo no constituye un paradigma, ni tampoco es la mundialización de la producción y de los intercambios comerciales, sino sobre todo es una forma extrema de capitalismo (las seis personas más ricas del mundo poseen el 59% de toda la riqueza del planeta y el 80% vive por debajo de los estándares, según Phillip M Harter de la universidad de Stanford). (deberíamos saber como cuantificó estos standares)
La globalización es la separación completa de la economía de las demás instituciones, de éstas, las sociales y políticas, que ya no controlan a la economía como en décadas anteriores. Se sostiene que los Estados Nacionales no deben intervenir como ente regulador, todo lo pueden hacer los privados, en tal magnitud que desarrollaron la teoría de “la copa”, esta se va a llenar de tanta plata, que solo debemos esperar que se desborde, para que todos recojamos los beneficios del modelo. Contrariamente, el mayor porcentaje de desocupación y carenciados lo ha logrado el modelo neoliberal instalado por los años 80. La globalización no es el nuevo paradigma, como muchos sugieren, por el contrario, representa la crisis actual, caracterizada por la invasión de fuerzas no sociales como el interés, el miedo, la inseguridad, (laboral, personal, etc.) y la violencia. Una contradicción de la llamada globalización es la de estar construyendo murallas en muchas partes del mundo, para impedir el paso de la gente por razones económicas, culturales, etc. Otro símbolo de la relación de local con el poder las comunicaciones globalizadas es la de discutir si debe haber o no educación sexual en las escuelas, si debe estar a cargo de los padres, (muchos ausentes de sus hogares por las necesidades de trabajar) etc., mientaras la televisión mundial, Internet y la pornografía socializan a nuestros hijos en el sexo como negocio y como acto mecánico.
La disolución de las fronteras de todo tipo (sociales, territoriales) arrastra a la fragmentación de lo que se llamaba sociedad. Asistimos al fin de lo social. Esto no significa el fin del mundo, sino el fin de un mundo y la construcción lenta de un nuevo paradigma. La hipótesis de Touraine es que nos dirigimos hacia un paradigma cultural.
PARADIGNA BASADO EN PRINCIPIOS EXTERNOS DE LEGITIMIDAD
Tanto la legitimación del poder político como el sentido de la vida era externo al individuo. El Rey era de origen divino, fue elegido por Dios en épocas anteriores, esto estaba ratificado por el Papa, quien tenía el poder de excomulgar al Rey. La gente no actuaba sin la consulta previa a quien consideraba “superior”, y la vida no nos pertenecía. Como lo define Kant, era la minoría de edad y se encontraban así por su propia culpa. En esta cultura Dios lo determinaba todo, las enfermedades, por ejemplo, eran un castigo divino. Recordar el ejemplo de la peste negra.
Las clases sociales estaban comprendidas por la nobleza, artesanos, vasallos (siervos), esclavos. Las ciudades estaban amuralladas y definían el límite de la ciudad estado.
En el año 1265 podemos encontrar un caso testigo en el que comienza a debilitarse este paradigma. Es el origen del parlamento Inglés ( “representantes del pueblo elegidos por el Rey”) Este modelo “mixto” es resistido por quienes cuestionan plenamente la divinidad del rey. Uno de ellos, Cromwell, encabeza una rebelión que en el año 1649 termina decapitando al Rey de Inglaterra e instaura un parlamento sumiso en el marco de una tiranía. Al morir Cromwell se reinstala la monarquía, que cambiando de facetas se mantiene hasta hoy. En 1789 la Revolución Francesa, con el imperio de la guillotina termina con monarcas y no monarcas. Napoleón, quien luego se proclamará emperador, pelea por la república y conduce el exterminio de centenares de vecinos entusiastas del Rey. (Interpretar esta etapa con la teoría institucionalista). La vida familiar transcurre en el seno del hogar de la familia artesanal o en trabajo grupal de los campesinos. La educación era solo para el aprendiz o unos pocos orientados por un sacerdote.
Es la etapa por la lucha de los derechos políticos. Las guerras son realizadas en función política o social. Pensemos en las guerras de la independencia en América Latina, que tejían por objetivo independizarse del Rey ( representado por el Virrey) y armar un sistema de representación.
Las murallas de las ciudades europeas son derrumbadas, la ciudad es abierta. Surgen las fronteras de las Naciones, el valor de lo nacional.
Se instituyen los Derechos de Primera Generación: el derecho a la vida, a la integridad física y psíquica, a la propiedad, al honor, a la libertad de tránsito, de conciencia y de religión el derecho a la inviolabilidad del domicilio, a la libertad de expresión, el derecho de enseñar y aprender, entre otros. Podemos agregar que la mujer no tendrá derecho a estudiar y que se procede a abolir el derecho de pernada, pero éste seguirá vigente hasta 1960 en Cuba. Las distancias geográficas contribuyen al armado de una democracia representativa que hoy ya

no tiene sentido y en la actualidad están siendo perfeccionadas paulatina y lentamente por democracias participativas, economías participativas, etc.
En esta etapa comienza lo que denominamos el laicismo y la modernidad. Surgen los estados nacionales, las guerras políticas por la independencia en toda América. A este fin habría contribuido un invento logrado siglos anteriores, la imprenta dará difusión a las ideas y el conocimiento, con la invención de Gutemberg, en el siglo XV, se “democratiza” la circulación la información. Al poco tiempo aparece la primera enciclopedia, de Diderot - filósofo francés- siglo XVI, que va a generar un escándalo al proponer un orden de las palabras. Dios será una palabra más en ese orden alfabético y las primeras enciclopedias son quemadas en la hoguera. El cambio de paradigma se había instalado en el sentido compartido de la gente.
PARADIGMA ECONÓMICO SOCIAL
“Reemplazamos entonces el paradigma político por el paradigma económico y social: clases sociales y riqueza, burguesía y proletariado, sindicatos y huelgas, estratificación y movilidad social, desigualdades y redistribución del PBI (observar la distribución del ingreso en el año 1950), se convirtieron en nuestras categorías de análisis más habituales.
La familia y la escuela se van consolidando como los nuevos agentes de socialización. Se comienza a construir un nuevo orden ético y moral. La solidaridad es un valor por encima del egoísmo.                                                        
El vector de este modelo estará constituido por la Revolución Industrial, podemos situar sus comienzos sobre el año 1800 en Inglaterra y luego en Estados Unidos. En China la Revolución Industrial comienza por el año 1945. El trabajo artesanal será reemplazado por la máquina y el descubrimiento del repuesto. El hombre de trabajo será considerado de manera uniforme como un mecanismo de relojería, una máquina; se miden tiempos y producción. No existía la categoría niños, eran considerados hombres pequeños. Las ciudades abiertas crecen como producto de las crecientes migraciones internas, producto de la tecnologización del campo y los nuevos descubrimientos utilizados en la ciudad, luz eléctrica, agua potable, el transporte público, el trabajo, etc. La escuela será obligatoria y aproximadamente igual a la actual. En la familia el jefe trabajará fuera del hogar, en la industria, y la madre se encargará de la casa y de la socialización de los hijos acompañando a la escuela en su educación y control. El conocimiento se trasmite de padres a hijos. El Estado será el mediador entre las demandas sociales y la economía, de un modo diferente, el marxismo interpretara que el Estado es unapéndice del poder de la burguesía.. La distribución del Ingreso será más equitativa, y sé tendera al pleno empleo (99%.
Surgen los Derechos de Segunda Generación: la libre asociación, el derecho de huelga, la seguridad social, las condiciones dignas de trabajo. Se trata de los derechos sociales y económicos. No dejan de ser derechos del hombre, pero en su titularidad y en su ejercicio se suman entidades colectivas y asociaciones.
Durante el período dominado por el paradigma social, fue la lucha por los derechos sociales, en particular los derechos de los trabajadores, la que estuvo en el centro de la escena social y política.
En la situación actual, según Alain Touraine, el paradigma ha sido invadido por fuerzas no sociales: el interés, la violencia v el miedo, más la busqueda de libertad personal. El individualismo surge al romperse los marcos sociales. Vivimos una crisis de creencias. Los modelos totalizadores, el marxismo, el neoliberalismo no han dado las respuestas esperadas.

La economía, en su crecimiento está por encima de los Estados y el mundo social (Ver problemas de tarifa del gas y precio de la carne) estos últimos existen en un nivel más bajo, local o regional y son incapaces de controlar economías que actúan en un nivel mucho más vasto: el mundial.
Categorías tales como “ movilidad social”, “clases sociales”, “estratificación social”, “status” “progreso”, y los modelos de escuela y familia, como agentes de socialización, están en plena destrucción. No podemos pensar hoy la sociedad y la cultura tan sólo como lo hacíamos 50 años atrás. Las guerras hoy son económicas y no por los derechos políticos o sociales, como fueron las guerras de la independencia, de formación de estados nacionales o como lo fueron las revoluciones marxistas en el mundo, que pivotearon, sobre la contradicción burguesía - proletariado.
Aparecen, después de la II Guerra Mundial, los Derechos de Tercera Generación: el derecho a la paz, al desarrollo y a un medio ambiente sano, la igualdad de género, el respeto al patrimonio común de la humanidad, conocidos como DNNYA.
Según AT, se ha abierto un espacio para movimientos culturales del tipo: proteger el planeta, el rol de la mujer y la integración de las minorías. La resolución de estas problemáticas en avance constante, según el autor, nos conducirían a un nuevo paradigma.
PARADIGMA CULTURAL
La hipótesis de trabajo de A. Touraine es que nos encaminamos hacia un nuevo paradigma: el cultural, los cambios profundos son en la actualidad de tipo cultural y de construcción de un nueva ética, nuevos valores, una nueva forma de revinculamos, acompañado del surgimiento de actores sociales nuevos. El final de un mundo, no es el fin de un mundo.
PARADIGMA DE LOS PUEBLOS ANDINOS
Culturas milenarias, de nuestro territorio americano, fueron diezmadas, durante la invasión y saqueo del continente. Luego durante la formación de los estados nacionales fueron condenados a emigrar a los territorios más pobres, vejados, tiranizados, desarraigados, perseguidos y obligados a trabajos duros. En la actualidad, amplios sectores intelectuales, comenzaron a revalorizar las culturas originarias y por la misma acción de las etnias nativas, podemos reconstruir en breves líneas aspectos de lo constituiría su paradigma.
En líneas generales coinciden en reconocer que la “Pachamama” (planeta Tierra) no era el centro del Universo, sino parte del cosmos, ella nos dará los alimentos si la tratamos bien. El Sol nos proveía de Energía para todo tipo de vida. Y otro ser, para muchos VIRACOCHA, fue el creador de todo. Los Incas incorporan otros dioses como el arco iris y el trueno.
La mujer poseía un rango mucho más alto en la sociedad que el que poseía la mujer europea, existieron mujeres caciques, sacerdotisas, etc. Se conocía y respetaba la sexualidad femenina, la naturaleza sexual era asumida con total naturalidad, tanto en la vida cotidiana como en las cerámicas, esto tendrá influencia en el arte y en los valores culturales. Esto impactó al europeo, que actuó con hipocresía y salvajismo: destruyó las imágenes por considerarlas inmorales a la vez que utilizó la violación sistemática de indígenas, con la finalidad de quebrar la raza.
Valoraban el conocimiento. Tenían conocimientos de principios termodinámica, que los utilizaban en la producción agrícola. Valoraban el Ser y la Comunidad. No existía la propiedad privada de la tierra. A diferencia del Tener europeo. Eran pragmáticos vinculados a la naturaleza y el cosmos. Elegían la autoridad por acuerdo, por liderazgo o por imposición física.Producían alimentos para toda la comunidad, usaban el trueque con otras comunidades.
Hubo civilizaciones imperiales, le respetaban la religión y costumbres del pueblo sometido pero le imponían además la propia. El Papa Juan Pablo segundo pidió perdón por las atrocidades cometidas a los pueblos originarios. El Papa actual Benedicto expresó recientemente en Brasil que los cristianos no cometieron ninguna imposición cultural hacia los pueblos nativos, por el contrario, se les acercó al Cristo que ellos, sin saberlo, estaban esperando.

domingo, 6 de mayo de 2012

GLOBALISMO Y GLOBALIZACION EN LAS AULAS


 GLOBALISMO, GLOBALIZACIÓN, POSTMODERNIDAD EN EL AULA

La globalización y la educación.

La globalización está en todos lados, por eso influye en el aula y en las relaciones docente-estudiante, docente-estructura escolar, etc.; y esta influencia ha vuelto particularmente difícil la acción educativa.
Creo que hay dos choques que se dan simultáneamente en la sociedad actual y se reflejan en la forma de pensar de los docentes y en su relación con los estudiantes y padres. El primer conflicto, exagerando un poco, es entre quienes aún piensan con los valores, usos y costumbres de la sociedad moderna, que impuso una cultura basada en la disciplina rígida al estilo Pizzurno -pedagogo de orientación taylorista- que medía, por ejemplo, la distancia que debía haber entre los brazos cruzados del estudiante y el borde de su pupitre con el fin de lograr una postura apropiada, a esta rigidez la acompañaba la presunción de que el docente era el portador de “la única cultura”, europea por cierto, que debía ser volcada en las mentes vírgenes y “sin –luces” de los estudiantes. La centralidad y autoridad del docente era incuestionable; era el portavoz de un sistema de dominación discriminatorio, ya que lo que estaba por fuera de éste proyecto era barbarie, primitivismo. Los antropólogos de la época avalaban esto con sus teorías, ya que ellos desde Europa viajaban a estudiar comunidades lejanas “primitivas y bárbaras” Esto fundamentaba científicamente la existencia de una única cultura válida.
Estos docentes suelen afrontar la problemática existente mediante la queja, generalmente dirigida a los estudiantes o a las autoridades (lo cual no quiere decir que sean sectores exentos de responsabilidades) y generalmente se defienden de la nueva situación -que los afecta profundamente- mediante el descompromiso. Al no contar con elementos para analizar el mundo de hoy suelen transferir la culpa a terceros, el monólogo pretende seguir siendo su herramienta pedagógica fundamental –que además es un instrumento de dominación- y en general continúan subidos al taburete del monopolio del saber.
Este es el primer choque que veo: el de los docentes que llevan adelante su tarea con métodos pedagógicos y una cosmovisión propia de los comienzos de la modernidad con estudiantes que viven una realidad completamente distinta.

Hay una discrepancia también entre todos aquellos que perciben que la sociedad se ha globalizado. Aquí podemos observar dos polos nuevamente: el de los que se enrolan en la ideología del globalismo, que busca homogeneizar la cultura y monopolizar los medios de comunicación. Éstos, concientes o acríticos, defienden la concentración del capital que está provocando un aumento la desocupación a niveles nunca vistos, aumentando la pobreza y acrecentando la brecha entre clases sociales. Esto aumenta los niveles de conflictividad en la sociedad y, desde luego, en el aula.
A este conjunto de personas y docentes en particular podemos denominarlos como globalistas. Tal vez no expresen esta ideología de manera explícita, pero sí en sus acciones, cuando discriminan a algunos sectores sociales, cuando el docente que trabaja en el Estado desvaloriza la educación del sector siendo él parte del mismo, cuando se critican los subsidios hacia los sectores populares pero se ignoran los subsidios otorgados a bancos internacionales o a las escuelas privadas. Se está poniendo el énfasis ideológico en una centralidad dominante y excluyente; esto es a lo que llamamos globalismo.
En el otro polo se encuentran los docentes que piensan que los medios de comunicación deben ser utilizados para dar paso a la aceptación de la multiculturalidad y la multisubjetividad, que aceptan la pluralidad de ideas. Están involucrados en los nuevos problemas y tratan de pensar cómo se pueden ir resolviendo. Son los que buscan otra mirada de la institución escolar –proceso que no es sencillo, puesto que no está en los manuales pedagógicos ni en la voz de ningún experto. Tienden a poner el problema por fuera de las personas consideradas individualmente y a rastrearlo en los cambios sociales del último siglo. No se ubican como espectadores externos, están comprometidos con la nueva realidad, con el nuevo adolescente, al que observan como un emergente social. A esta corriente la podemos denominar globalizante.
Hay otro sector de la población mundial, muy cercano a los globalizantes, denominado globalofóbicos, literalmente significa fobia por lo global, es un amplio conjunto de movimientos sociales formado por activistas provenientes de distintas corrientes políticas que a finales del siglo XX convergieron en la crítica social al denominado pensamiento único neoliberal y a la globalización capitalista. Acusan a este proceso de beneficiar a las grandes multinacionales y países más ricos, acentuando la precarización del trabajo y consolidando un modelo de desarrollo económico injusto e insostenible; acusan a la expansión del capitalismo de socavar la capacidad democrática de los Estados, entre otros aspectos negativos.  También se los suele denominar altermundistas, que viene precisamente del lema "Otro mundo es posible", nacido en el Foro Social Mundial, que reúne a centenares de movimientos sociales de la política internacional.


La nueva escuela para un futuro indeterminado.

Tenemos que pensar la nueva escuela para un futuro que no está determinado. De hecho estamos en un período difícil de determinar, los valores, el sentido de la vida, la familia, la estética, el trabajo, las instituciones, las formas de acumulación del capital, las formas de dominación, etc. están en constante modificación, crisis, y discusión desde hace algunas décadas. 
La nueva escuela para un futuro indeterminado.
Tenemos que pensar la nueva escuela para un futuro que no está determinado. De hecho estamos en un período difícil de determinar, los valores, el sentido de la vida, la familia, la estética, el trabajo, las instituciones, las formas de acumulación del capital, las formas de dominación, etc. están en constante modificación, crisis, y discusión desde hace algunas décadas. 
Tenemos que pensar la nueva escuela para un futuro que no está determinado. De hecho estamos en un período difícil de determinar, los valores, el sentido de la vida, la familia, la estética, el trabajo, las instituciones, las formas de acumulación del capital, las formas de dominación, etc. están en constante modificación, crisis, y discusión desde hace algunas décadas. 


Los movimientos feministas y la pastilla anticonceptiva posibilitaron a las mujeres la libertad de encontrarse con el placer y la planificación familiar, libertad que la modernidad les había negado: las había sometido al dominio masculino –que aún hoy perdura. Esto tiene como consecuencia un replanteo, aún no resuelto, en la relación mujer–hombre–familia, como así también la aparición de nuevos tipos de familia. No obstante la escuela y muchos docentes continúan manejándose con la idea de la familia tradicional.

Los movimientos por la identidad de género, el matrimonio igualitario, el divorcio vincular, dieron origen a múltiples modelos familiares que sumados son mayoría frente al denominado matrimonio nuclear de la sociedad moderna. 

Esta es otra evidencia del defasaje que, como docentes, tenemos respecto de la experiencia cotidiana de nuestros estudiantes. Por ejemplo se evita la inclusión de programas de educación sexual social, que incluya la prevención de enfermedades, el uso de métodos anticonceptivos, defensas ante la violencia de género, etc. En su remplazo se ofrece información sobre reproducción biológica. Se trata de realizar un cambio cultural en el aula, no solo de cambiar los programas.

Debemos sumar, además, la irrupción en el escenario social de los movimientos de las culturas ancestrales de América, que están dando paso al concepto de multiculturalidad, este hecho es incompatible con los docentes (jóvenes o viejos) que continúan con la antigua idea de que la única cultura legítima o viable es la cultura dominante.

Estos cambios han producido hermosos florecimientos, como también la profundización de la discriminación, la incomprensión del otro y dificultades de adaptación a una realidad en constante cambio.

La sociedad que le tocó vivir a las generaciones precedentes era totalmente distinta de la de estudiantes actuales, cuyas pautas se van modificando año tras año. 

La ética posmoderna puso en crisis el antiguo concepto de autoridad. ¿Cómo nos debemos manejar en un aula donde los estudiantes ya no escuchan al docente? ¿Cómo y qué debemos modificar? Bien, estos son algunos de los interrogantes que ponemos a consideración y análisis de la comunidad.

Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.

Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
Los movimientos feministas y la pastilla anticonceptiva posibilitaron a las mujeres la libertad de encontrarse con el placer y la planificación familiar, libertad que la modernidad les había negado: las había sometido al dominio masculino –que aún hoy perdura. Esto tiene como consecuencia un replanteo, aún no resuelto, en la relación mujer–hombre–familia, como así también la aparición de nuevos tipos de familia. No obstante la escuela y muchos docentes continúan manejándose con la idea de la familia tradicional.
Los movimientos por la identidad de género, el matrimonio igualitario, el divorcio vincular, dieron origen a múltiples modelos familiares que sumados son mayoría frente al denominado matrimonio nuclear de la sociedad moderna. 

Esta es otra evidencia del defasaje que, como docentes, tenemos respecto de la experiencia cotidiana de nuestros estudiantes. Por ejemplo se evita la inclusión de programas de educación sexual social, que incluya la prevención de enfermedades, el uso de métodos anticonceptivos, defensas ante la violencia de género, etc. En su remplazo se ofrece información sobre reproducción biológica. Se trata de realizar un cambio cultural en el aula, no solo de cambiar los programas.

Debemos sumar, además, la irrupción en el escenario social de los movimientos de las culturas ancestrales de América, que están dando paso al concepto de multiculturalidad, este hecho es incompatible con los docentes (jóvenes o viejos) que continúan con la antigua idea de que la única cultura legítima o viable es la cultura dominante.

Estos cambios han producido hermosos florecimientos, como también la profundización de la discriminación, la incomprensión del otro y dificultades de adaptación a una realidad en constante cambio.

La sociedad que le tocó vivir a las generaciones precedentes era totalmente distinta de la de estudiantes actuales, cuyas pautas se van modificando año tras año. 

La ética posmoderna puso en crisis el antiguo concepto de autoridad. ¿Cómo nos debemos manejar en un aula donde los estudiantes ya no escuchan al docente? ¿Cómo y qué debemos modificar? Bien, estos son algunos de los interrogantes que ponemos a consideración y análisis de la comunidad.

Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.

Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
Los movimientos por la identidad de género, el matrimonio igualitario, el divorcio vincular, dieron origen a múltiples modelos familiares que sumados son mayoría frente al denominado matrimonio nuclear de la sociedad moderna. 
Esta es otra evidencia del defasaje que, como docentes, tenemos respecto de la experiencia cotidiana de nuestros estudiantes. Por ejemplo se evita la inclusión de programas de educación sexual social, que incluya la prevención de enfermedades, el uso de métodos anticonceptivos, defensas ante la violencia de género, etc. En su remplazo se ofrece información sobre reproducción biológica. Se trata de realizar un cambio cultural en el aula, no solo de cambiar los programas.

Debemos sumar, además, la irrupción en el escenario social de los movimientos de las culturas ancestrales de América, que están dando paso al concepto de multiculturalidad, este hecho es incompatible con los docentes (jóvenes o viejos) que continúan con la antigua idea de que la única cultura legítima o viable es la cultura dominante.

Estos cambios han producido hermosos florecimientos, como también la profundización de la discriminación, la incomprensión del otro y dificultades de adaptación a una realidad en constante cambio.

La sociedad que le tocó vivir a las generaciones precedentes era totalmente distinta de la de estudiantes actuales, cuyas pautas se van modificando año tras año. 

La ética posmoderna puso en crisis el antiguo concepto de autoridad. ¿Cómo nos debemos manejar en un aula donde los estudiantes ya no escuchan al docente? ¿Cómo y qué debemos modificar? Bien, estos son algunos de los interrogantes que ponemos a consideración y análisis de la comunidad.

Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.

Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
Esta es otra evidencia del defasaje que, como docentes, tenemos respecto de la experiencia cotidiana de nuestros estudiantes. Por ejemplo se evita la inclusión de programas de educación sexual social, que incluya la prevención de enfermedades, el uso de métodos anticonceptivos, defensas ante la violencia de género, etc. En su remplazo se ofrece información sobre reproducción biológica. Se trata de realizar un cambio cultural en el aula, no solo de cambiar los programas.
Debemos sumar, además, la irrupción en el escenario social de los movimientos de las culturas ancestrales de América, que están dando paso al concepto de multiculturalidad, este hecho es incompatible con los docentes (jóvenes o viejos) que continúan con la antigua idea de que la única cultura legítima o viable es la cultura dominante.

Estos cambios han producido hermosos florecimientos, como también la profundización de la discriminación, la incomprensión del otro y dificultades de adaptación a una realidad en constante cambio.

La sociedad que le tocó vivir a las generaciones precedentes era totalmente distinta de la de estudiantes actuales, cuyas pautas se van modificando año tras año. 

La ética posmoderna puso en crisis el antiguo concepto de autoridad. ¿Cómo nos debemos manejar en un aula donde los estudiantes ya no escuchan al docente? ¿Cómo y qué debemos modificar? Bien, estos son algunos de los interrogantes que ponemos a consideración y análisis de la comunidad.

Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.

Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
Debemos sumar, además, la irrupción en el escenario social de los movimientos de las culturas ancestrales de América, que están dando paso al concepto de multiculturalidad, este hecho es incompatible con los docentes (jóvenes o viejos) que continúan con la antigua idea de que la única cultura legítima o viable es la cultura dominante.
Estos cambios han producido hermosos florecimientos, como también la profundización de la discriminación, la incomprensión del otro y dificultades de adaptación a una realidad en constante cambio.

La sociedad que le tocó vivir a las generaciones precedentes era totalmente distinta de la de estudiantes actuales, cuyas pautas se van modificando año tras año. 

La ética posmoderna puso en crisis el antiguo concepto de autoridad. ¿Cómo nos debemos manejar en un aula donde los estudiantes ya no escuchan al docente? ¿Cómo y qué debemos modificar? Bien, estos son algunos de los interrogantes que ponemos a consideración y análisis de la comunidad.

Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.

Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
Estos cambios han producido hermosos florecimientos, como también la profundización de la discriminación, la incomprensión del otro y dificultades de adaptación a una realidad en constante cambio.
La sociedad que le tocó vivir a las generaciones precedentes era totalmente distinta de la de estudiantes actuales, cuyas pautas se van modificando año tras año. 

La ética posmoderna puso en crisis el antiguo concepto de autoridad. ¿Cómo nos debemos manejar en un aula donde los estudiantes ya no escuchan al docente? ¿Cómo y qué debemos modificar? Bien, estos son algunos de los interrogantes que ponemos a consideración y análisis de la comunidad.

Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.

Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
La sociedad que le tocó vivir a las generaciones precedentes era totalmente distinta de la de estudiantes actuales, cuyas pautas se van modificando año tras año. 
La ética posmoderna puso en crisis el antiguo concepto de autoridad. ¿Cómo nos debemos manejar en un aula donde los estudiantes ya no escuchan al docente? ¿Cómo y qué debemos modificar? Bien, estos son algunos de los interrogantes que ponemos a consideración y análisis de la comunidad.

Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.

Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
La ética posmoderna puso en crisis el antiguo concepto de autoridad. ¿Cómo nos debemos manejar en un aula donde los estudiantes ya no escuchan al docente? ¿Cómo y qué debemos modificar? Bien, estos son algunos de los interrogantes que ponemos a consideración y análisis de la comunidad.
Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.

Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
Por último cabe agregar que las sociedades tienen períodos de estabilidad de valores (que denominamos paradigma) y períodos de quebranto de esos valores; preguntarnos cómo será el nuevo paradigma también resulta una pregunta abierta. Suponemos a la crisis sucederá un período de estabilidad, pero no sabemos exactamente cuáles serán sus características.
Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 

Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
Esta incertidumbre, esta indeterminación, se prolongará hasta que las sociedades acuerden un conjunto de nuevos valores y métodos, entonces recomenzaríamos nuestra existencia dentro del nuevo paradigma. 
Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.
Sabemos que las cosas cambian y que nos dirigimos a hacia un futuro desconocido, lo cual provoca incertidumbre y miedos en la sociedad, sabemos que la escuela actual no es funcional a los cambios que vivimos y debemos pensar la nueva escuela para ese futuro social que no conocemos del todo.

En resumen, el primer antagonismo que observamos en el aula es entre ideologías de la modernidad y la globalización en general y el segundo antagonismo es entre el globalismo y la corriente globalizante.
En este libro nos proponemos identificar y analizar las características de cada tendencia y cómo inciden estas formas del pensamiento-acción en la escuela.

La presencia del globalismo y la globalización dentro del aula
Este uno de los puntos más importantes para discutir. Observo estas dos variables como las dos fuerzas de la contradicción actual en la sociedad. Por lo tanto, si existen en la sociedad han penetrado en el aula también y todos estamos involucrados. Aceptemos o no aceptemos los hechos, nadie puede colocarse al margen de esta contradicción.
El globalismo se hace presente en el aula cuando no somos solidarios, pensamos que lo económico es lo único importante, somos individualistas, somos incapaces de conmovernos o ponernos en el lugar del otro y actuamos sin tener en cuenta las diferencias, personales, culturales, los tiempos de cada uno. Somos propensos a criticar y a descalificar al otro, con frases como “no quieren estudiar”, “son unos ignorantes”, etc. Aceptamos como normal los accesos diferenciales a las escuelas y que las escuelas, lejos de ser el lugar de los intercambios culturales, son los nuevos guetos que discriminan por poder adquisitivo, etnias, etc.
La globalización es una concepción que acepta la multiculturalidad y la multisubjetividad; esto es aceptar las distintas formas de cultura, de estéticas y las distintas formas de procesar subjetivamente y colectivamente la realidad que puedan darse dentro del aula. Estas son disposiciones personales nuevas y distintas a la de la sociedad moderna que consideraba una única forma de normalidad. Hay que aceptar que los estudiantes son portadores de distintos conocimientos y tal ves no les interesen los conocimientos que debemos impartir, de ahí la necesidad de ser creativos. Desde esta perspectiva es necesario que el docente esté comprometido socialmente, que no le sean ajenas las problemáticas diversas que pueden aquejar a los estudiantes.
Vamos a encontrar entonces en la nueva escuela estudiantes y docentes globalistas o globalizados
Deberán pasar años para que esto decante y se estabilice un nuevo paradigma y así podamos sentirnos “cómodos” en una nueva realidad con nuevas reglas. Así como Pizzurno las redacto en el año 1930 y  la sociedad entera las aceptó como las mejores para la época, ahora debemos dialogar y discutir, para establecer las pautas para la escuela del 2050.

Esto es algo que todos sabemos, pero que las comunidades educativas aún no se atreven sacar a la luz: la escuela actual ya ha cumplido su ciclo acompañada de la mano de la etapa denominada Modernidad. Tanto el modelo de la modernidad como la escuela que fue creada para cubrir las necesidades de ese modelo han llegado a su fin. Aparentemente las burocracias educativas, respetuosas de los valores tradicionales, evitan poner en discusión abierta esta difícil realidad y ensayar alternativas, por ejemplo con experiencias piloto en escuelas determinadas. Este silencio institucional respecto de las problemáticas actuales contribuye aún más a la desmoralización y al descompromiso del docente.

¿Qué es “posmoderno”?
La respuesta a ese interrogante debe buscarse en un libro que se ocupe del mismo, no en éste. Además habrá, posiblemente, tantas respuestas como libros se hayan escrito respecto de la cuestión; en cualquier caso recomendamos la compilación de Nicolás Casullo El debate modernidad posmodernidad.
Así y todo podemos decir que el término posmoderno se presta a confusión y a veces designa justamente aquello a lo que nos oponemos: el descompromiso, la falta de proyectos, el consumismo sin sentido, la falta de valores, etc. Para nuestros propósitos posmodernidad y crisis de la modernidad pueden tomarse como sinónimos.
Tal vez la pastilla anticonceptiva, los hippies, los movimientos feministas, la recuperación de las culturas ancestrales de América, los movimientos guerrilleros y la dinámica cultural que se fue desarrollando en la sociedad y en cada familia, fueron las primeras expresiones que anunciaban que el paradigma de la modernidad se había agotado.

Modernidad y posmodernidad.
La modernidad es el proceso que comienza una vez producida la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. La primera termina con la creencia social que había sido Dios el que eligió a los monarcas para que dirigieran los destinos de los demás e impone la idea del sujeto y la razón. La Revolución Industrial termina con el modo de producción artesanal  y comienza la producción a escala industrial, facilitando la acumulación de capital industrial y generando dos clases sociales, en términos de Carlos Marx, los burgueses o propietarios de los medios de producción y los proletarios que eran quienes vendían su fuerza de trabajo en las industrias
Zygmunt Bauman expresa, citando a Max Weber, que la modernidad comenzó con la separación entre el hogar y la empresa, ya que la producción artesanal se realizaba en los hogares. Nosotros podemos agregar que la postmodernidad es, entre otras cosas, la separación del hogar  de la educación, la cual pasó a un ámbito propio, la escuela, y se le exige a la escuela que cumpla funciones que en la sociedad moderna eran funciones de los padres.

Un chiste que se difundió por Facebook creo que grafica bastante el cambio de la sociedad moderna a la actual. Estaban dibujadas dos manifestaciones, una de padres con un cartel que dice “Queremos más horas de clases en la escuela” y la otra manifestación de los niños con un cartel que dice “Queremos más horas de padres en nuestras casas”
Otro rasgo a tener en cuenta es que con la modernidad se  impuso la uniformidad, la normalidad, y el reconocimiento de una sola cultura .En esta etapa de desmoronamiento de la modernidad es cuando aparecen en el aula  manifestaciones pluriculturales, diversidad de opiniones, lo cual puede generar cierto caos para el docente.
Pero si el docente pretende imponer a viva voz y a los gritos “su verdad”, estará lejos de lograr un éxito pedagógico y más cerca de lograr una somatización.
Otro rasgo de la modernidad es la sustitución de la fe por una única razón y un solo y único orden moral. Desde el punto de vista de la modernidad hoy nos encontraríamos que en el aula se reflejan razones y morales múltiples. Serían casos de inmoralidad, según el paradigma anterior, el embarazo adolescente, las parejas entre iguales, las formas de vestir, etc.
Estamos transitando un período de incorporación de subjetividades múltiples y de indeterminación.
La otra contradicción de los modernistas es no entender que la historia, si la consideramos una ciencia, está sujeta a una revisión constante, la búsqueda de nuevos elementos de juicio y nuevas pruebas. Este es el motor fascinante de la ciencia,  “la verdad en ciencias es transitoria”, una teoría se contrasta con lo que nos parece que es la realidad.  La verdad inmutable pertenece al dogma  y la modernidad generó una ciencia dogmática.